Envíanos, Señor, los dones de tu Espíritu.
Dones del Espíritu Santo
El don de
Fortaleza: Tú eres quien nos mantiene firmes en
nuestra fe, eres quien nos acompaña y sostiene en las dificultades que se nos
presentan en la Vida. A ti te invocamos cada vez que nos sentimos
débiles, angustiados, oprimidos, para fortalecernos y salir adelante en nuestro
compromiso y en nuestro amor y seguimiento de Jesucristo. Tú eres el que nos
recuerda siempre que Dios nos ama por sobre todas las cosas.
El don de la
Sabiduría: Tú eres el don que nos permites
disfrutar las cosas de Dios. Eres quien nos invita siempre a buscar
primero el Reino de Dios. Tú nos permites ver las cosas no sólo con la
racionalidad, sino también con el corazón, tratando de verlas tal cual Dios mismo
las ve.
El don de la
Piedad: Tú eres el don que nos permite
reconocernos hijos muy amados del Padre, y poder disfrutar de la dicha que esto
significa. Eres el don que nos facilita nuestro dialogo amoroso y filial
con Dios a través de la oración y del encuentro comunitario.
El don del
Temor de Dios: Tú eres quien nos permite
acercarnos con cariño y confiadamente a Dios Padre, para hablarle con sencillez
y presentarle nuestra vida. Tú nos permites reconocer día a día el amor
de Dios por cada uno de nosotros, contigo podemos reconocer que somos sus hijos
predilectos muy amados por Dios. Nos iluminas de manera especial en los
momentos en que, en forma personal o comunitaria nos reunimos a orar y
alabarte.
El don del
Consejo: Tú eres quien nos inspira para
saber qué debemos hacer, qué escoger, qué cosas evitar. Tú estás siempre
presente cuando debemos tomar decisiones en nuestra vida, para que ellas están
de acuerdo a la voluntad de Dios Padre y del Evangelio de Jesús nuestro
hermano. Y a ti también te invocamos cuando debemos aconsejar a uno de
nuestros hermanos.
El don de
Ciencia: Tú eres quien nos permite
descubrir lo verdadero y lo falso. Nos ayudas a comprender y amar el
universo entero creado por Dios. Eres el don que nos inspiras a encontrar
la presencia de Dios en toda la creación. Eres quien inspiras a hombres y
mujeres para llevar adelante descubrimientos, avances científicos y
tecnológicos que favorecen la vida del hombre.
El don de
Entendimiento: Tú eres quien nos permite
adentrarnos en los misterios de Dios para poder descubrir ¿qué es lo que Dios
quiere?. Tú nos ayudas a discernir los caminos que nuestro Padre nos
presenta, iluminados por su misma Palabra y por la oración.